El desarrollo de los países más pobres sufre un «regresión histórica», según el Banco Mundial

22 de abril de 2024 (EIRNS) — El Banco Mundial distribuyó un informe sobre pobreza y desigualdad en su reunión anual que solo se muestra en unos pocos gráficos en su sitio electrónico, pero la agencia británica Reuters publicó una reseña el 15 de abril, en la que señala que el informe señala que en los últimos cinco años, del 2019 al 2024, aumentó la brecha de ingresos per cápita entre los países más pobres y los más ricos, lo que el Banco Mundial califica de «una regresión histórica del desarrollo… por primera vez en este siglo». El economista subjefe del banco Mundial, Ayhan Kose, coautor del informe de 130 páginas titulado “The Great Reversal: Prospects, Risks, and Policies in International Development Association (IDA) Countries” (La gran regresión: Perspectivas, riesgos y políticas en los países que reciben financiamiento de la Asociación Internacional de Fomento), le dijo a Reuters: «Por primera vez, vemos que no hay convergencia. Se están empobreciendo. Vemos una regresión estructural muy grave, un retroceso en el mundo, y por eso damos la voz de alarma». 

El informe muestra de manera evidente que se ha producido una retirada neta de «capital público» (o sea, una reducción en los préstamos soberanos y de bancos multinacionales para el desarrollo) en esos 40 países en esos cinco años; la mayoría de los países están en África; entre otros países se cuentan Afganistán y Haití. 

Por separado, la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), en una publicación del 15 de abril, informó que «la ayuda destinada específicamente a los países en desarrollo» se redujo en un 2% en el 2022 y en un 2% adicional estimado en el 2023; al mismo tiempo, hubo un cambio en la característica de esa ayuda, que pasó de ser donaciones a ser préstamos, «en medio del aumento de las tasas de interés internacionales y la creciente angustia de la deuda». 

Esta es la parte oculta del «cambio de régimen» que ejecutaron los banqueros centrales desde el 2019 en las economías de la OTAN, que aplicaron la «reflación rápida”(subsidio del consumo interno, subsidio de las finanzas «verdes» y la producción «verde») que fue el viraje en la política económica de los bancos centrales y los funcionarios de finanzas de los gobiernos que trabajan en equipo. A esa política de «reflación» se ha sumado en estos cinco años un cambio drástico hacia el gasto militar y la inversión en la producción de armas y tecnologías para obtener una ventaja militar sobre Rusia y China. En estos cambios, ninguna otra nación se acerca a lo que está haciendo Estados Unidos bajo el gobierno de Biden.

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