Se acabó la farsa de que el «Occidente colectivo» está al mando

18 de junio de 2024 (EIRNS) — El principal resultado de la «Cumbre por la Paz en Ucrania», que se llevó a cabo en el balneario suizo de Buergenstock el pasado fin de semana, es que demuestra de manera concluyente que Occidente ya no es capaz de coaccionar, ni siquiera de fingir una «coalición» dispuesta a hacer su voluntad. Se trata de una «realidad estratégica», como señaló ayer la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche. La implicación de esto, por supuesto, es que los individuos y las naciones deben avanzar rápido, como está ocurriendo en la Mayoría Global, para liderar la salida de la horrible fase actual de guerra, genocidio y peligro de aniquilación nuclear, hacia una nueva época de desarrollo. 

Zepp-LaRouche pasó revista al evento suizo por la «paz», que estaba condenado al fracaso desde el principio, al excluir a Rusia, una de las partes principales. Hubo 160 naciones invitadas -una gran parte de los 200 países de las Naciones Unidas-, pero sólo 98 aceptaron. De ellos, 20 se negaron a firmar la declaración de la cumbre, y de los 78 que lo hicieron, 42 eran europeos y sólo 11 africanos. China no asistió. Otras naciones líderes del BRICS, como India, Sudáfrica y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), se negaron a firmar, junto con otras naciones importantes como México y Colombia. 

Muchas delegaciones asistentes enviaron representantes de menor nivel. Por ejemplo, el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud de Arabia Saudita no asistió; en su lugar acudió el ministro de Asuntos Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, quien también informó a la Cumbre que ahora es el momento de mantener negociaciones serias en Ucrania y «alcanzar compromisos difíciles». No se subió al carro del apoyo incesante al Presidente ucraniano Zelenski, cuyo periodo constitucional venció el mes pasado sin que convocase a elecciones. Iraq y Jordania firmaron primero la declaración de la Cumbre, pero luego retiraron su apoyo. 

En resumen, señaló Zepp-LaRouche, hay «un claro reconocimiento de que la Mayoría Global ya no está cerca del Occidente Global» en términos de alineación y servilismo. «Occidente ya no puede dictar los términos» de las relaciones militares, económicas, culturales y demas relaciones fundamentales entre las naciones y dentro de ellas. 

El peligro inmediato es el demencial impulso de los halcones de guerra de la OTAN global hacia la confrontación nuclear. El secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo en una entrevista con el diario The Independent de Londres, realizada en Bruselas en la reunión de ministros de Defensa de la OTAN la semana pasada, que los miembros de la OTAN están discutiendo sacar más de sus ojivas nucleares del almacén, y poner más de ellas en modo de espera activa. Calificó este proceso de aumento de la «disuasión» occidental, diciendo que era necesario porque Rusia y China son dos «adversarios con poder nuclear». 

El número de estas ojivas nucleares emplazadas ya está aumentando. Un nuevo informe publicado esta semana por el Centro Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés) informa sobre el inventario y la situación de las ojivas nucleares que poseen las nueve naciones con armamento nuclear. Se calcula que en el mundo hay un inventario total de 12.121 ojivas nucleares, de las que 9.585 están almacenadas en depósitos militares y 3.904 desplegadas en misiles y aviones. Este último número ha aumentado en 60 desde enero de 2023. 

Esta información se syna al contexto en el que queda clara la importancia del papel del Instituto Schiller y colaboradores, para hacer sonar la alarma. El mensaje de la rueda de prensa de emergencia del Instituto Schiller del 12 de junio en el Club Nacional de Prensa de Washington, DC, sigue resonando y debe hacer sonar la alarma aún más rápido y más fuerte. «El peligro de una guerra nuclear es real y hay que detenerlo». El mensaje de los tres especialistas en inteligencia militar y de Helga Zepp-LaRouche en ese acto trascendental, es fundamental. 

El conotado analista Gilbert Doctorov, residente en Europa, subrayó esto en un artículo de esta semana, en el que reseña el evento del Instituto Schiller, en el que destaca: «Sería excelente que el amplio público estadounidense escuchara y actuara en consecuencia con lo que Scott Ritter y el coronel Lawrence Wilkerson tenían que decir. He aquí un caso en el que el genuino patriotismo estadounidense está plenamente alineado con la salvación del mundo para todos sus pueblos. Aunque destaco a estos dos oradores, merece la pena ver al menos la primera hora de este evento. Hasta ahora, el vídeo ha atraído a 43.000 espectadores, necesita otros 4 millones para ganar tracción. Ojalá sea así». 

En Brasil, el mensaje de la rueda de prensa de emergencia del 12 de junio también circula ahora por los medios informativos. Un reportero, de la importante publicación nacional Carta Capital, sintetizó el contenido del evento de dos horas y media del Club Nacional de Prensa, y hace hincapié en que la «activista alemana» Helga Zepp-Larouche «insta a que se cree de inmediato una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo, que tenga en cuenta los intereses de todos los países». 

Esta «noticia» no se hará obsoleta. El reto es darla a conocer rápidamente y comprometer a todo el mundo en el proceso de diálogo y formulación de políticas, tal como se presentó en la conferencia internacional del Instituto Schiller los días 15 y 16 de junio, «El mundo al borde del abismo: ¡Necesitamos una nueva paz de Westfalia!”.

Foto: Ultima edición revista EIR 21/06/24: https://larouchepub.com/eiw/public/2024/eirv51n25-20240621/index.html

Para mayor información escriba a Instituto Schiller Perú: luchova2003@yahoo.es

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